Si bien tal vez el encontrar multicultaridad es cada vez más frecuente en cualquier sitio del planeta, en esta bonita ciudad es donde más se respira un ambiente de tolerancia, provocado por la multitud racial que inunda sus calles y plazas. Un buen destino de fin de semana donde disfrutar de sus cervezas, especialmente las trapenses, aquellas fermentadas con paciencia en barricas y después en botella en antiguos reductos de frailes. Buenos locales donde desgustar este aparente bien conocido brebaje que dista mucho de lo que estamos acostumbrados y uno muy en especial "el delirium tremens", irrenunciable. Un desayuno con gofres, sus chocolates y nunca olvidar buen abrigo en invierno más que fundamental...
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