La capital malaya crece inexorable hacia el cielo y lo espectacular de la tenacidad de este pueblo es que hace tan sólo 20 años era prácticamente una ciudad aislada en la selva. Milagro arquitectónico que alcanza su máximo exponente en las Torres Petronas, indiscutible símbolo de la ciudad. La torre de telecomunicaciones, el triángulo dorado, el barrio chino, el mercado nocturno de Petalin o de día en Chow Kit, un sinfín de atractivos perfectamente comunicados con su sorprendente monorail.
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