Al norte de la costa dalmacia y unos 200 Km de Dubrovnik, instaló el emperador romano Diocleciano, allá por el año 305, esta maravillosa ciudad que gira en torno al palacio donde se retiró en sus últimos años de vida. Urbe, catedral y villa donde el emperador más despiadado con el mundo cristiano acabó suicidándose. En torno a este antiguo Palacio giró el crecimiento de la próspera ciudad comercial veneciana y sus edificios supieron aprovechar los restos del palacio hasta el punto de englobarlo todo en uno. Murallas, columnas romanas, fachadas de todos los estilos, conviven hoy día en un entorno de cientos de años. Allí mismo, junto a la catedral y apoyado en sus centenarios muros puedes descansar en una cómoda habitación...
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