Tantas ciudades polacas... algunas injustamente desconocidas, otras testigos de tiempos pasados, que guardan tesoros arquitectónicos que han escapado a la devastación de invasiones y guerras. Ciudades reales, antiguas perlas de la corona, ricas ciudades y localidades bañadas por el Vístula, fortalezas antiguas... Comienza el viaje en Varsovia siempre en proceso de restauración, vestigio del antiguo telón de acero y símbolo de mirada al futuro. Al sur Worclaw y Cracovia, ciudad universitaria por excelencia. Al Norte y en contacto con el Báltico, una ciudad en la que es imposible no volver a sentir la necesidad de volver, Gdansk. Y en el Este la pequeña población de Klodzko, la "pequeña Praga". Las minas de sal de Wieliczka, Mina de sal, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Los montes Tatras donde una caminata acabo en extenuación (y una neumonía dicho sea de paso) pero valió la pena la vista del Morske Oko, el ojo del mar, tremendos lagos de alta montaña. Y sin olvidar los últimos reductos de bisontes europeos o la estación de esqui de Zakopane... creo que sería imposible reducir tan enorme país en unas pocas letras. No os lo perdáis...
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