Desde Aguas Calientes, una pequeña población de mochileros tras ascender desde Cuzco, se alcanza la fortaleza de Machupicchu, del quechua Montaña Vieja, declarada una de las maravillas del mundo y patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983. Lugar místico donde acceder en las primeras luces de la mañana, momento en que la neblina de los Andes se apodera de las cumbres dándole el aspecto místico de su pasado. Miles de antiguas historias le contemplan y la maravilla de su construcción en tan inhóspito enplazamiento guardaron su secreto durante cientos de años, hasta su descubrimiento. Uno de los lugares donde la ilusión se colma tras el ascenso a la colina vecina de Wayna Pichu, punto culminante de vistas irrepetibles.
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Ya intenté una vez un comentario y no me salió. A ver si esta vez tengo más suerte.
ResponderEliminarMe da pena ver tu contador y que no tengas ninguna huella de tus visitadores...
Elijo Perú y Machupicchu, ya sabes, porque par mí son especiales.
Un besazo y sigue viajando para que la envidia me haga retomar la mochila..
Besos, Sonia